
Costa Rican president Luis Guillermo Solís met with veterans from the 1949 civil war during the conmemoration of the abolition of the army. Credit: Costa Rican Presidency
Las negociaciones de Lima son totalmente extrañas para mí por un motivo: nunca había estado en una base militar. Es más, nunca había visto una base militar. En Costa Rica no las hay, así como tampoco hay tanques o soldados o generales de cuatro estrellas. Cuando veo al “Pentagonito”, como se le conoce al Cuartel General del Ejército peruano, siempre me quedo extrañado. ¿Para qué tanta cosa?
He escuchado miles de veces que el dinero que nos ahorramos por las fuerzas armadas, abolidas en 1949, las invertimos ahora en educación y ambiente. No podría decir con certeza si es cierto, pues nunca he visto un dato claro al respecto, pero sí puedo decirles que Costa Rica ahora lucha sus propias luchas con su propio batallón.
En la 20° Conferencia de las Partes, el equipo verde tico tiene sus metas claras: quieren ver adaptación al mismo nivel que mitigación en el borrador final que saldrá de Lima para ser firmado el próximo año en París. Desde la presidencia de AILAC, el país ha estado trabajando para limar asperezas y poder plantarle la cara a países avanzados en todo el mundo.
El trabajo en la línea de adaptación, una prioridad nacional y de toda la región, ha sido consistente con disciplina marcial. AILAC y México presentaron en junio una propuesta de cómo debería incluirse adaptación en los INDC y desde hace varios meses han tenido respuesta de los países. Algunas buenas, como la posición de los países a lo interno del G77 + China, otras mucho más pesadas de parte de países desarrollados o de grupos como AOSIS, que preferiría no tener adaptación como parte de INDC.
Giovanna Valverde, jefa de la delegación costarricense y presidenta pro témpore de AILAC, tiene las cosas claras: nuestra propuesta es que adaptación sea una prioridad fuerte. Si algunos países no están cómodos con la posición de AILAC, esperarán una contrapropuesta.
Otro paralelismo interesante sobre el ejército abolido de Costa Rica es la propia secretaria de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Christiana Figueres. En el marco de las negociaciones climáticas tal vez pase desapercibido el hecho de que fue su padre, José Figueres Ferrer, quien eliminó las fuerzas armadas como institución permanente en Costa Rica. El 1 de diciembre, cuando comenzó la COP 20, se cumplieron 65 años de ese hecho.
Figueres se suma a la delegación tica, que lucha la batalla más importante del siglo XXI: cómo podemos mantener nuestra calidad de vida, sin mantener el nocivo modelo de vida que tenemos ahora con respecto al consumo de energías fósiles. Si Costa Rica pudo hace 61 años, ¿qué nos impide ahora de tomar las decisiones importantes?